viernes, 31 de octubre de 2008

Lo que nos decimos


“Estoy tonta, me he vuelto a equivocar”. Esta frase podemos decirla cuando creemos haber cometido algún error, y puede tener diferentes interpretaciones:
- Ser un desahogo que nos permite repetir una acción, haciendo con ella una parada para continuar (un uso productivo).

- Una forma de disculparnos ante quien se ha dado cuenta de nuestro fallo (aceptable, sólo si afecta a terceros).

- Una manera de exteriorizar nuestra torpeza para hacérsela ver a otras personas (denota falta de autoestima).

Suelen ser frases hechas, sin gran trascendencia. Sin embargo, si utilizamos sentencias de este tipo constantemente, si hablamos mal de nosotros y, por tanto, si pensamos mal de nosotros... esa será la imagen que proyectaremos y tendrá correspondencia con lo que obtengamos.

Recuerdo una de mis primeras lecturas sobre crecimiento personal, que me invitaba a mirarme al espejo y hablar bien de mí; referirme en voz alta a mis virtudes; desearme un buen día y afirmar que cada día que pasara sería mejor.

En otro apartado me indicaba que sonriera, aunque fuera de forma forzada, viendo reflejada así mi imagen positiva. Al principio me resistía a hacerlo; me sentía algo ridícula, no por el hecho de actuar de esa manera, que de teatrera tengo un rato :-), sino porque como siempre esperaba que me dijeran otros lo que iba a sucederme o cómo debía actuar, no me hacía a la idea de que esos ejercicios pudieran influir en mí.

Con el tiempo, me he dado cuenta de que, una vez que aprendes a poner en práctica estas afirmaciones, valiéndote del maravilloso instrumento de la palabra, te vas acercando a un patrón mental de prosperidad.

Un ejemplo simple: cuando busco un aparcamiento, me digo interiormente que merezco encontrarlo justo en el lugar al que voy, y SIEMPRE se cumple mi deseo (claro.. que me estoy refiriendo a Ávila, no a Madrid :-). Si me distraigo pensando en lo que haré cuando llegue a casa o en cualquier otra actividad no relacionada con la acción de aparcar, me paso la tarde dando vueltas a la manzana :-)

En general, en nuestra vida se manifiesta aquello a lo que prestamos atención, sea para bien o para mal. La diferencia entre deleitarte con la vida o angustiarte con ella tiene mucho que ver con la forma de pensarla y de expresarla.

martes, 28 de octubre de 2008

PLANETA TIERRA






Nota: Una vez abierto el vídeo, os recomiendo que lo pongáis a pantalla completa (botón derecho del ratón).

miércoles, 22 de octubre de 2008

Recuperar el valor de las personas

Hace algún tiempo, por aquello de las sincronías, encontré un artículo en la red que hablaba sobre el futuro de las personas en las organizaciones. Me atrajo su contenido, pero, sobre todo, me llamó la atención la valentía y claridad con la que se expresaba su autor, Andrés Pérez. Me gusta leer sobre gestión de empresa, en especial sobre lo relacionado con el desarrollo de las personas en este ámbito en el que pasamos un buen tramo de nuestra vida. El estilo de Andrés y su forma de describir la importancia de humanizar las empresas y permitir que emerja el talento dentro de ellas coincidían plenamente con mis percepciones.
Tras finalizar la lectura de aquel artículo, busqué más información sobre su autor en la Red y di con su blog. Desde entonces, no dejo de visitarlo y de participar en los comentarios a sus escritos sobre Branding Personal, concepto en el que se basa su propuesta. Reconozco que, desde que abrí este blog, ha cedido mi participación, pero no siento ningún remordimiento :-), porque él es el principal “culpable” de que me decidiera a ponerlo en marcha. Nunca podré agradecerle lo suficiente que me diera ese primer empujoncito, y en varias ocasiones, y al que yo no hacía mucho caso… en cierto modo por evitar atarme a más tareas (bendita atadura, pienso ahora) y quizá por alguna inseguridad mía ante lo desconocido.
Pues bien, ahora, con sumo placer, os presento su ópera prima en formato libro, Marca Personal, un libro que pretende reafirmar las capacidades de las personas, ayudándolas a consolidar su verdadera identidad como consecuencia de su propio esfuerzo y coherencia personal. En sus páginas y, a través del Branding Personal, Andrés nos muestra “un concepto humanista que trata de recuperar el valor de las personas y de su trabajo en un momento en el que los profesionales se han convertido en "commodities", en Marcas Blancas, sustituibles, baratas e indistinguibles. No quiere convertir a las personas en objetos, sino recuperar su singularidad, aquello que las diferencia y las hace valiosas. No quiere reducir a los profesionales a una "Job Description" o a un puñado de competencias. Lo que pretende es la liberación del talento en lugar de la retención. La Marca Personal no es la venta de uno mismo. Sino todo lo contrario. Se trata de aprender a vender nuestro trabajo para no tener que vendernos nosotros”.

Un libro escrito con la misma frescura y espontaneidad con la que “habla” en su blog, con la precisión necesaria y sin rodeos.
Mucho éxito ante este nuevo reto, Andrés, que considero una consecuencia más de haber logrado tu propia Marca Personal.

viernes, 17 de octubre de 2008

¿Por qué nos sentimos mal?

Muchas veces nos sentimos mal sin una causa concreta. Las cosas nos van bien; no hay problemas graves a la vista... En esos casos, cuando no tenemos problemas, hacemos de la vida un problema ¿Y qué es lo que nos lleva a ese estado de desasosiego sin justificación? Lo que maquinamos, los pensamientos repetitivos y estériles, que nos llevan a la impaciencia, a la ansiedad e, incluso, a la depresión.
Parece absurdo que nuestra mente nos maneje, como marionetas, como si no tuviéramos poder sobre ella. Parece absurdo pero dominarla es lo que nos resulta más difícil. No sabemos economizar pensamiento, aplicarlo sólo cuando lo necesitamos, cuando su uso sea provechoso y productivo. ¿Y cómo eliminamos ese pensamiento “sobrante”?

Hay numerosos estudios y técnicas para ello, pero hace un par de años encontré un estupendo post al respecto, que me "tocó" porque tenía la fuerza de la experiencia. La persona que lo escribía, Mercè firmaba (gracias), estaba ayudándonos desde su trabajo interior. Os dejo ese texto, y espero que también os sirva.
Aquí va un avance:
“Cuando aquietas la mente, lo primero que te das cuenta es de tu soledad. La mente en marcha es un amigo que siempre te hace compañía, todo el rato te está diciendo qué debes hacer, qué hiciste, qué harás, analiza lo que está pasando”.

“Lo segundo que te pasa es que crees que no podrás hacer nada, sin tu mente. ¿Cómo vivirás sin mente? De repente, el vacío. Pero no es un vacío. La mente tiene diferentes niveles. Sólo conocemos el más cercano, ese que está haciendo run run todo el rato”.

martes, 14 de octubre de 2008

Menos negatividad y más decisiones individuales


“Señoras, señores… Franco ha muerto.
¿Ah, que ya lo sabían…? Es que yo sólo veo los telediarios de “Cuéntame”:-)
Así ha encabezado hoy el programa “El Intermedio” el Gran Wayomi. Y yo podría decir lo mismo, porque soy incapaz de “tragarme” un telediario completo. Como indica este artículo de la revista Fusión, se han ganado la denominación de partes de guerra. Nos presentan sólo la cara siniestra de la vida, que también existe, pero su objetivo no enfoca toda la realidad. La vida es también bella.

Hoy le leído una entrevista al físico Fritjof Capra (publicada en "La Contra de la Vanguardia", y que me llega a través de mi amigo Pau-marc, gracias una vez más, si me lees) en la que afirma: “La actual crisis económica y de seguridad, el agotamiento de los recursos y el cambio climático son distintas facetas de la misma crisis: una crisis de percepción”.
Hemos llegado a esa desvirtualización del enfoque desde un concepto competitivo y de separación, una visión fragmentada del mundo, que nos lleva al caos desde ese error de percepción.

Sin embargo...

“La ciencia en el siglo XX ha experimentado un cambio de paradigma muy profundo en su visión del mundo. Nuestros conocimientos actuales nos llevan a ver el mundo material como una red de relaciones inseparables. Y en cuanto a la separación entre cuerpo y mente, hemos comprobado que cada célula individual es un sistema cognitivo vivo de por sí, conectado con todo lo demás".

Independientemente de la información negativa y cruda (también real y sufrida por tantas personas) que nos muestran los medios de comunicación, de los enfrentamientos entre países por intereses y de las conversaciones estereotipadas y fatalistas de la gente de a pie sobre el futuro de la humanidad, a pesar de todo eso, creo que cada vez hay más picos de esperanza que proceden de personas como este físico, que finaliza la entrevista con estas magistrales respuestas a las preguntas que le formulan:
"Entonces, ¿cuál es la actitud para remontar esta crisis?

Hay que atar cabos, ver cómo se interrelacionan todas las cosas porque no existen problemas aislados. Por ejemplo: que nosotros conduzcamos un determinado tipo de coche, que hagamos un uso concreto de la energía, significa que tendremos más emisiones de efecto invernadero.

... Y esas emisiones provocarán el calentamiento del planeta.

Sí, y a su vez, ese calentamiento hace que se deshiele un glaciar en Asia que provoca que los grandes ríos que salen del Himalaya, el río Amarillo y el río Ganges, se queden sin agua, lo que acaba en hambrunas. Por tanto, nuestras propias opciones individuales, nuestras decisiones, tienen implicaciones globales, todos somos responsables.

Tomo nota.


La buena noticia es que existen soluciones para muchos de los problemas del mundo actual, y muchas son sencillas: tenemos los conocimientos, disponemos de las tecnologías y de la capacidad financiera necesarias para conseguir una sociedad sostenible. Lo único que nos falta es la voluntad política".

jueves, 9 de octubre de 2008

¿En qué he cambiado?


Escribí mi libro como un recopilatorio de los aspectos que había ido teniendo en cuenta en mi proceso de cambio, en el que aún estoy, claro. Lo único que no cambia es el mismo cambio, dijo alguien... Una vez publicado, me di cuenta de que aquello que ya había ido ejercitando desde siempre era lo que mejor había expresado. No me costó en absoluto redactar el capítulo destinado a amar (¿complacer?) a los demás, porque eso me lo habían enseñado muy bien; tampoco el de perdonar (¿evitar situaciones incómodas?), por la misma razón. Escribía fluidamente sobre ser alegre (¿explosiva?), porque lo había practicado toda mi vida, al igual que optimista (¿irreflexiva?).
Sin embargo, tuve que esforzare en otros asuntos más relacionados con mi interioridad, sencillamente... porque me había olvidado de mí... tan interesada en tener todo tan hilado a mi alrededor...
Me costó redactar, por ejemplo, los capítulos que abordaban cómo observarme más y juzgar menos; cómo responsabilizarme de mis actos y quererme, sobre todo quererme. Porque esa es precisamente la causa por la que complacía, evitaba situaciones incómodas, era explosiva e irreflexiva, porque no me respetaba lo suficiente, y por eso también depositaba mi energía en otras personas, para que me aportaran lo que creía no tener... Y ya lo poseía; sólo había que descubrirlo.

Me costaba más escribir sobre la manera de respetarme, porque tenía menos conocimiento de cómo hacerlo; sin embargo, aporté, en la redacción de esos fragmentos toda mi fuerza, la que había retenido durante mucho tiempo y la que, por fin, comenzaba a saber encauzar...

Y me quise un poco más... y supe amar, perdonar y derrochar alegría y optimismo. Y esa sinceridad, desde lo más profundo de mí, me trajo, como un regalo, todo el amor de aquellos a quienes antes se lo exigía. Pero algunos… aún no pueden dármelo en su totalidad, porque están muy ocupados en hilar todo lo que tienen alrededor de sí.

martes, 7 de octubre de 2008

Y la luz... se hizo



“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha”.

Víctor Hugo

El amanecer de hoy ha sido espectacular. De camino al trabajo, iba dejando tras de mí un cielo indescriptible, que me voy a atrever a describir :-):

Bolitas superpuestas de algodón, tocadas por el gris de las sombras aún nocturnas, se iban elevando para dar paso a una intensa luz brillante que se manifestaba progresiva y dulcemente sobre la montaña de Gredos. Casi peligra mi integridad porque no podía apartar la vista, por los espejos retrovisores, de semejante espectáculo visual. La luminosidad inicial formaba una franja bien delimitada, como trazada deliberadamente por las nubes y la tierra, que animaba a retirarse, de forma pacífica, al rizado “tejido” gris azulado.

Mientras contemplaba este delirio de belleza, me preguntaba cuántos amaneceres me había perdido todos aquellos años en los que me sentía separada de la naturaleza... y atada a la confusión.

En el trayecto, intentaba captar la expresión de los que venían conduciendo por el carril contrario (de nuevo, imprudente :-), que se encontraban de cara con esta maravilla en la que todo posee un significado, y trataba de adivinar de una ojeada, y sin resultado, en qué etapa de sus vidas se encontrarían...

domingo, 5 de octubre de 2008

La grandeza de la blogosfera


Esto de la blogosfera es un mundo interesantísimo. En los últimos días, Senior Manager ha publicado en su blog la definición de diferentes términos relativos al mundo de la empresa, para lo que ha pedido la cooperación de algunos de los que utilizamos este medio para expresarnos. Aquí os dejo la última entrada (hay otras dos anteriores). Me parece un estupendo ejercicio de colaboración, trasladable igualmente a otro tipo de conceptos, y le agradezco que contara conmigo, teniendo en cuenta el prestigio de su blog en ese campo (uno de los más visitados en el tema de dirección y gestión de personas).

Por si fuera poco, hoy mismo, he recibido de mi querida Carmen, desde su Condición humana, el premio Blog de oro, que agradezco profundamente, por venir de ella, con la que me siento bastante identificada, y por ser el primero que recibo.
Gracias a ambos y a todos los que aportáis vuestro conocimiento y sabiduría en la Red de forma generosa.

viernes, 3 de octubre de 2008

La actitud


Ayer, un amigo me regaló un trébol de cuatro hojas. Lo encontró mientras paseaba, y cuando me lo dio tuve una buenísima intuición. No soy nada supersticiosa, pero sí creo en las señales que aparecen cuando te sientes alineado con tus deseos.

Él camina mucho todos los días. En una ocasión, le dije que me gustaba verle caminar, porque lo hace de forma distinta a la mayoría de las personas. Avanza ágil pero sin signos de aceleración; parece que flota sobre el asfalto. Él me respondió que cree que la actitud que adopta cualquier persona cuando realiza una actividad marca la diferencia para que se desarrolle talentosamente o sin sentido.

“Por ejemplo –me comentó- cuando me dices que cuando ando parece que voy "flotando" es porque lo hago con el propósito de que sea de esa manera, porque no me supone ningún esfuerzo, y esto es así porque no ando con los pies solamente, sino también con todo el cuerpo y con la mente; cada parte de mí se orienta hacia el movimiento, la respiración también, la sangre que bombea mi corazón, y mi cerebro que a veces se despista, pero que también se centra en ello. Pero todo esto sucede porque quiero y deseo que sea así. No camino porque me lo haya prescrito el médico o por bajar peso o por un motivo específico, sino porque considero que es saludable y, además, me agrada. Lo hago conscientemente”.

Ayer me entregó el trébol, con la misma actitud con que camina, y lo hizo justo en el momento en el que nos intercambiábamos unos textos que hemos elaborado para el desarrollo de un precioso trabajo en equipo. ¿No es una buenísima manera de ponerlo en marcha?

miércoles, 1 de octubre de 2008

El origen del miedo


Se habla mucho de eliminar el miedo, en sentido abstracto, como si se esfumara de una pasada: supera tus miedos, afróntalos, libérate de ellos, conquístalos, llévalos a tu terreno, sedúcelos... Pero todo el mundo se pregunta cómo hacerlo, porque voluntad no nos falta, pero hay tantas situaciones en las que nos sentimos vencidos por esos miedos, que nos perdemos...

Como en cualquier proceso, lo primero que hay que abordar es el conocimiento de aquello sobre lo que se desea actuar. He leído mucho sobre este aspecto, y desde muchos puntos de vista, pero, al final, cuando quiero recordar qué es lo que me lleva al lugar donde no deseo estar, siempre acudo a mi admirado E. Tolle. En El poder del ahora describe el origen del miedo desde dos vertientes (*), que quiero compartir con vosotros:

1. La identificación con la mente

“Mientras esté identificado con su mente, el ego gobernará su vida... el ego es muy vulnerable e inseguro, y se ve a sí mismo constantemente amenazado... Para el ego la muerte está siempre a la vuelta de la esquina. En este estado de identificación con la mente, el miedo a la muerte afecta a todos los aspectos de su vida. Por ejemplo, incluso algo aparentemente tan trivial y “normal” como la necesidad compulsiva de tener razón en una discusión y hacer ver que el otro está equivocado –defendiendo la posición mental con la que usted se ha identificado- se debe al miedo a la muerte... Estar equivocado es morir. Se han hecho guerras por esto e innumerables relaciones se han roto. Una vez que usted ha dejado de identificarse con su mente, que tenga o no razón no influye en el sentido que tenga de usted mismo, así que la necesidad compulsiva e inconsciente de tener razón, que es una forma de violencia, no aparecerá. Usted puede establecer clara y firmemente cómo se siente o qué piensa, pero no habrá agresividad o actitud defensiva en ello”.

2. La sensación de carencia de totalidad

“Otro aspecto de dolor emocional es una sensación profundamente arraigada de carencia de totalidad, de no estar completo... Las personas se embarcan a menudo en una persecución compulsiva de gratificaciones para el ego y de cosas con las cuales identificarse para llenar el vacío que sienten dentro... Pero incluso cuando alcanzan todas esas cosas descubren pronto que el vacío está todavía allí. Entonces están realmente en problemas, porque no pueden engañarse más a sí mismos. Bueno, pueden y lo hacen, pero se vuelve más difícil.

Las identificaciones más habituales del ego guardan relación con las posesiones, con el trabajo, con el estatus y reconocimiento social, con el conocimiento y la educación, con la apariencia física, con las habilidades personales, con las relaciones, con tu historia personal y familiar, con los sistemas de creencias, y también con las identificaciones colectivas: nacionales, raciales, religiosas y otras. Ninguna de estas identificaciones eres Tú. ¿Te da miedo saberlo? ¿O te produce alivio? Antes o después tendrás que renunciar a todas esas cosas. Quizá aún te resulte difícil de creer, y ciertamente no te estoy pidiendo que creas que tu identidad no se halla en ninguna de estas cosas. Llegarás a saber la verdad de mi afirmación por ti mismo. A más tardar, lo sabrás cuando sientas que la muerte se acerca.
La muerte te desnuda de todo lo que no eres tú. El secreto de la vida es “morir antes de morir” y descubrir que no hay muerte”.


(*) He eliminado frases entre párrafos, para hacer más ligero el comentario. Lo ideal es leer el libro por completo. Es una verdadera joya del “despertar”.