martes, 14 de abril de 2009

La sabiduría de maravillarse


Cuando paseo con alguien que se regocija por los regalos de la naturaleza y lo expresa de esta forma:

“¿Has visto qué preciosidad de paisaje?”.

“Mira qué contraste el de esas hojas verdes con el azul del cielo”.

“Escucha el canto de ese pájaro...”.

“¿Oyes el “sonido” del silencio?”.

Y expresa, así, su intensa admiración por tanta belleza... sé que está bien consigo mismo, despierto a la vida y en un nivel de conciencia elevado.
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Nota: Los arbolitos (-azos) son los que veo desde la ventana de mi cuarto. Me dan vida cada día.