domingo, 9 de agosto de 2009

Asegurando la salud...

Hola, queridos amigos virtuales:

En estos días de vacaciones del blog (de las mías aún me quedan…) estoy asegurando mi salud. He comenzado por romper la rutina, que no lo es, porque me apasiona lo que vengo haciendo últimamente: leer, escribir, interiorizar, indagar, profundizar, imaginar, crear partiendo de la nada y llegando hasta el todo. Me estimula, sí. Me da vida, me hace sentirla y me conduce a proyectarla. Pero de todo hay que “desapegarse”.
A lo largo de esta semana, me he dedicado a disfrutar de los placeres superficiales: vaguear, caminar sin rumbo, tomar aperitivos, charlar sobre banalidades, saborear chocolates, madrugar por el placer de oler la madrugada, mirar las estrellas sin prisa por recogerme, estar a solas conmigo, sin mirarme dentro, sentirme sin analizarme, tomar perspectiva de lo que me gusta y de lo que no me gusta, sin perseguir nada en concreto.
Le estoy dando al cuerpo lo que me pide, comandado por el alma. Soy su vehículo, aunque me dejo llevar sin fuerza motriz; relativizo cualquier circunstancia que me sucede (hasta la caída de la moto de mi hijo :-(). Me preparo en calma, sin ansiedad, para reenfocar cualquier aspecto o patrón que precise modificar tras este periodo de descanso. Ahora no hay trabajo, sólo quietud (¿el mejor de los trabajos?). Paz.
Creo que esta es una postura de sano egoísmo, y también de generosidad, porque cuidarme y tratarme con cariño, proporcionándome lo que ahora necesito, es una manera de garantizar parte de la felicidad de quienes me rodean.
Y no pensaba escribir aún, pero me lo pedía el alma... ya os digo ;-)
Continúo...