miércoles, 30 de diciembre de 2009

TERAPIA DE LA CONCIENCIA



“La culpa la tiene sólo el tiempo. Todos los hombres se tornan buenos, pero ¡tan despacio! (Robert Browning)

Todos los hombres nos tornamos buenos, señala la cita de Browning. Y lo hacemos tan despacio como el tiempo que necesitamos para izar nuestras conciencias. Podemos, incluso, recorrer toda una vida dormidos, sin hacernos cargo de nosotros ni importarnos el desarrollo colectivo.

Los conflictos entre las personas se deben, sobre todo, a las discrepancias que se generan por los distintos grados de conciencia, por existir atentos o por hacerlo despistados. Convivimos en el mismo "tiempo" y "espacio", pero no entendemos de igual modo la vida.

Las personas más despiertas deben contribuir a hacer inapreciables esas diferencias desde la comprensión y el amor, no desde la “salvación” o el “rescate” de los “perdidos”.

A mayor nivel de conciencia mayor responsabilidad universal.

A menor nivel de conciencia mayor necesidad de responsabilizarse de uno mismo.

De otro modo, avanzaremos muy despacio, o permaneceremos estancados y preguntándonos constantemente de quién es la culpa

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(Ahora, me examino y medito sobre el trabajo que me toca realizar...).

lunes, 28 de diciembre de 2009

La Matriz de la Vida




He descansado de Internet en los últimos días. Aparte de estar en familia y comer más de lo normal (¡grrrrr! Ahora toca eliminar grasas…), he visto algunas películas que tenía pendientes. Una de ellas es El guerrero pacífico, adaptación del best seller de Dan Millman. Muy buena y muy recomendable para adolescentes y jóvenes, por ejemplo.

Otra película que me ha resultado muy interesante es La Matriz de la Vida, un documental sobre la nueva ciencia de la curación, en la que médicos y profesionales de la salud aportan sus puntos de vista sobre los campos de energía del cuerpo humano, los mecanismos del efecto placebo y las curaciones espontáneas, entre otros temas. El internacionalmente reconocido Sanador Eric Pearl, de cuyo libro hice esta reseña , también participa en la película.

He ido tomando nota de lo que más me ha impactado en ella:

“La enfermedad es información desordenada”, indica uno de los investigadores. "Si corregimos el modo en el que obtenemos y transmitimos esa información podremos llegar a la sanación".

Somos más poderosos de lo que pensamos, el milagro empieza con el cambio de pensamiento, y en la coherencia está el estado de resonancia natural. La curación - indica una doctora- es restaurar los mecanismos de autorregulación del cuerpo. Como médico es a lo máximo a lo que se puede aspirar.

La actual crisis global incluye a la sanitaria. Atacamos a los organismos invasores, y ese es un modelo bélico por el que el cuerpo no quiere pasar. Apuestan por la necesidad de una revolución no centrada en la enfermedad sino en la curación. Esa revolución ya ha comenzado, abanderada por miles de investigadores en todo el mundo, que están contribuyendo a ello.
Este nuevo método de curación propugna que el gen ya no es la principal solución a todas las enfermedades, porque está subordinado a un sistema exterior de información (se indica cómo determinados estudios han demostrado que hijos adoptivos desarrollan enfermedades familiares, siendo su genética, evidentemente, de otra procedencia). Así que se ha de tender a una terapia del pensamiento.

La energía está en el espacio, como un telón de fondo. Y nosotros no es que estemos en ese campo energético, sino que somos puntos de luz. Estamos conectados más allá de los confines del Cosmos.

Nos encontramos, se afirma, en el umbral de cómo se produce, transmite y mejora la enfermedad, mediante lo que denominan “Medicina informacional”. Lo esencial es que, aparte de dejarse ayudar, el enfermo se responsabilice de sus actos y sepa que las emociones positivas regeneran y las negativas degeneran. Muestra ejemplos muy significativos.

Una película muy recomendable. Me ha gustado más que ¿Y tú qué sabes?, aunque cuando la vi también me ayudó a comprender que la realidad que creemos “ver” no es tal.

Aquí os dejo un trailer de La Matriz de la Vida.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

RISAS Y PAZ

Últimamente estoy concentrada en la redacción de un tema del que no quiero dispersarme y escribo menos directamente en el blog, pero, como véis, lo alimento con cosas que me llegan o encuentro en la Red, que pueden aportar información para elevar la conciencia.




Éstas son algunas de las frases capturadas de esta conversación entre Federico Mayor Zaragoza y Buenafuente, sobre la necesidad de un cambio en el mundo:

“¡Todos en pie de paz! Todos del lado de la paz”.

“Hay que sustituir la fuerza por la palabra”.

“La salvación está también en tener a mujeres en la toma de decisiones. Con sus decisiones la paz es posible” (ejem, no lo he dicho yo… :-).

“Hay imposibles hoy que pueden ser posibles mañana”.

“Hay que comunicar lo que uno siente más que lo que uno piensa”.

“De mi experiencia me queda que cada persona es un gran monumento. Cada persona es capaz de crear, de hacer lo inesperado”.

En un ambiente de humor y sabiduría, Federico hace referencia a una preciosa cita de Teresa de Calcuta, que escogí también para mi libro:

“Todo lo que hice en mi vida para ayudar a los demás es solamente una gota en el océano, pero si no lo hubiera hecho al océano le faltaría una gota”.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Mi carta para el 2010: año redondo



En enero del 2009 publiqué esta entrada referida a la carta de mis deseos, que vengo haciendo cada año desde hace unos cuantos. En ella escribo mis propósitos e intenciones primordiales. Cada mes de diciembre subo la escalera hacia la habitación en la que conservo la carta, abro el armario y levanto la tapa del cofre que la guarda con emoción, porque intuyo lo que puede haberse hecho efectivo, pero no recuerdo con precisión su contenido.

Siempre que tengo algo en mente, un proyecto, un sueño o un trabajo que requiere planificación, escribo los principales puntos y acudo a ellos cada vez que avanzo algún paso para continuar firmemente. Hacerlo me tranquiliza y me anima a conseguir un objetivo que es aun intangible, pero que sé que puede materializarse si le pongo ganas y creo en él. Son pequeños planes de mi “negocio” personal.

Pero esta carta es algo más, es un programa lleno de ilusiones del año que se aproxima. Supone, además, un regalo para mi crecimiento, porque indica que me respeto (persigo lo que quiero) y me responsabilizo (no reclamo que otros hagan lo que a mí me corresponde).

Acabo de abrir el sobre cerrado de mis deseos para el 2009, y he comprobado que se han cumplido en un alto porcentaje. A grandes rasgos, sin dar detalles muy personales, puedo contar que pedía:

- Ser más consciente del ahora.

- Dejar ser a algunas de las personas que me rodean y no creerme su salvadora.

- Comprender más a quien quiero pero no comparto su comportamiento.

- Tener mayor sentimiento de prosperidad.

- Y cuestiones más concretas como que la editorial aprobara la publicación de mi segundo libro o aspectos relacionados con mi salud y serenidad.

Al evaluar el resultado de mis “peticiones”, he constatado qué es lo que debo reforzar; he aprendido algunas cosas en este año y sé que puedo hacerlo. Ahora, redactaré la carta de los deseos para el 2010 teniendo muy cerca la anterior, comparando, para mejorar pero, sobre todo, innovando.
En esta carta no puedo pedir para otros, es mi carta, pero lo que obtengo de ella salpica positivamente a mi alrededor.

La vida nos ofrece todo un arco iris de posibilidades; sólo tenemos que elegir los colores de nuestras vivencias, combinarlos adecuadamente con los escogidos por otras personas y disfrutar todos de la tonalidad final.


jueves, 17 de diciembre de 2009

¿Quién soy Yo?



En los comentarios de la entrada anterior hablábamos del verdadero yo, que siente y vibra ante el arte y la creatividad. Releía hace unos días un texto de Antonio Blay, que versa sobre la investigación del “Yo”. He realizado una síntesis de él, porque creo que puede ayudarnos a comprender nuestra verdadera identidad, de la que deriva todo lo demás:

¿Quién soy yo?

Yo no soy el cuerpo, yo tengo el cuerpo

Cuando digo Yo, este Yo, ¿es el cuerpo?. Yo desde que soy pequeñito que digo Yo y tengo la impresión de ser siempre Yo. Pero mi cuerpo cuando yo era pequeñito era un cuerpo pequeñito y luego el cuerpo ha ido creciendo; ha ido creciendo y se ha ido cambiando todo él un montón de veces, toda su constitución, todas sus moléculas, sus células, todo. Ha ido cambiando, o sea que el cuerpo se va cambiando, pero yo sigo siendo yo.

Yo no soy mis sentimientos y emociones

Entonces, ¿si no soy el cuerpo, qué seré? Quizás seré todo mi mundo de sentimientos y emociones y aspiraciones (...). Cuando yo examino, veo que ocurre igual, en un momento dado tengo unos sentimientos, en otro momento tengo otros totalmente distintos; y hay otros momentos en que tengo la impresión de no tener ningún sentimiento. Y en cada caso soy Yo que tengo sentimientos, soy Yo que siento esto o siento lo otro o no siento nada. O sea que la noción de Yo subsiste totalmente idéntica haya unos sentimientos o haya otros o no haya ninguno. Lo cual quiere decir que la noción de Yo no es los sentimientos.

Yo no soy mi mente ni mis pensamientos

Si no soy los sentimientos quizá podemos ir un escalón más arriba y quizá soy mis ideas (…). Con las ideas ya se ve que no, ¿verdad?. Con las ideas ocurre lo mismo: ahora tengo unas ideas y luego tengo otras, acepto unas creencias luego acepto otras, luego no creo nada.
Yo no soy ninguno de los movimientos de mi mente. Mi mente piensa constantemente, maneja imágenes e ideas y elabora juicios; pero soy yo quien maneja la mente

Entonces si no somos el cuerpo, si no somos nuestro mundo afectivo, si no somos nuestro mundo mental, ¿qué queda?, no queda nada.

Yo soy sujeto, no objeto
En otro orden de cosas más profundo, (...) nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras sensaciones físicas (...) son vehículos de expresión. Tanto mi cuerpo como mi afectividad o mi mente son importantísimos, pero son instrumentos, no son yo mismo. Yo no soy ninguna de las cosas que puedo ver o sentir o pensar. Yo no puedo ser nada que sea.
un objeto para mi conciencia, porque yo estoy al otro extremo de la conciencia. Soy el sujeto que ve. Soy el sujeto que vive. No soy el objeto percibido, sea externo o interno. Yo soy el que no se mueve, soy un centro de conciencia inmóvil alrededor del cual va desfilando todo; pero yo me confundo (me identifico) con cada cosa que desfila.

El Yo es un vacío, aparece de momento como un vacío
Lo que pasa es que es una pura esencia, y esta pura esencia para nuestra mente y nuestra experiencia habitual aparece como si fuera, de momento, una oscuridad, un vacío, una ausencia, no una presencia.

Si hay una posibilidad de descubrir qué es ese Yo, ha de ser solamente estando atentos al vacío, estando atentos al no cuerpo, al no sentimiento, al no idea, estando atentos al silencio. Esto sólo puede practicarse correctamente cuando existe una urgente demanda interna.

De este Yo surge todo, porque este Yo es el potencial. Y de ahí surge toda capacidad de conocer, toda capacidad de sentir, toda capacidad de acción.

Una vez se llega a conocer, a descubrir, a realizar este Yo, está todo realizado. Porque todo lo que puedo llegar a vivir no es nada más que un aspecto particular de lo que Yo soy".

(Antonio Blay)


Fuente: http://www.antonioblay.com/ (mis disculpas por trocear y pegar textos de diferentes párrafos, aunque siendo fiel a todas sus palabras. Éste es el dosier completo, elaborado por un grupo de trabajo que se ha basado en los escritos de Blay:
Juan Ramón Jiménez lo explicó también en verso:


"Yo no soy yo

Soy éste,
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera”.


miércoles, 16 de diciembre de 2009

martes, 15 de diciembre de 2009

La educación del siglo XXI



El último programa de Redes, (clicad sobre “Redes”, si queréis verlo), ofrece información sobre unas interesantes jornadas celebradas en Washington para debatir sobre la educación de los ciudadanos en el siglo XXI. Allí se encontraron personalidades del mundo de la ciencia y de la tradición contemplativa (aparentemente dispares, dice Punset, pero cada vez menos).

Dalai Lama propone una educación encaminada a una actitud mental compasiva, basada en el cuidado de las emociones. El resultado de esta esmerada educación sería la desaparición del concepto de tú y nosotros por el del mundo entero como parte de mí mismo. La compasión, indica, lleva a la paz interior, a la confianza y reduce el estrés, tan perjudicial en las sociedades desarrolladas.

Termino con esta frase de Bacon, que viene a colación. Ambos, el link del programa y la cita, me han llegado simultáneamente, por distintos caminos, como pidiéndome a gritos que los uniera:-)

“El hombre que se muestre solícito y cortés con un extranjero demuestra que es ciudadano del mundo”.

( Francis Bacon)

sábado, 12 de diciembre de 2009

Cantar con el Alma


Vengo de un Concierto de Navidad, con motivo del décimo aniversario de la Coral Camerata Abulense. Además de la extraordinaria actuación del coro, ha cantado, como soprano y solista invitada, Raquel Adanero, compañera de trabajo y una de mis mejores amigas.
Ella canta con el alma, y eso se ha apreciado (además de por los intensos y prolongados aplausos), por la total quietud del público, por el vello erizado y por el deseo de que no finalizara su actuación.


El verdadero artista resplandece, transmite y regenera.

¡Enhorabuena, querida amiga!

Gracias a la crisis...


Por una vez, me gusta hablar de la crisis. Comprobaréis por qué, cuando leáis los párrafos del filósofo Jordi Pigem, que comparto con vosotros y que proceden de una entrevista en la Revista Namaste, en la que nos muestra la oportunidad insólita de cambiar el mundo. Ha escrito un libro, Buena Crisis (Kairós), en el que refleja la solución que, según el texto de la Revista Namaste, se puede resumir en dos líneas: "acabar con el divorcio entre el ser humano y el resto de la naturaleza y empezar a buscar la felicidad en la creatividad, la solidaridad y las relaciones humanas". ¡Buena receta!

Para leer la entrevista completa, clicad AQUÍ. Extracto una selección de sus respuestas:
“La palabra crisis viene de un término médico empleado para describir el momento en el cual el paciente se sana o empeora. Si se sana, se decía tradicionalmente que el paciente había tenido una crisis feliz, favorable o una buena crisis”.
“La bonanza económica y la posibilidad de consumir cada vez más eran como un soborno a nuestra consciencia que nos hacía ignorar los problemas terribles del mundo, a nivel de derechos humanos y de crisis ecológica, por ejemplo. Creíamos que como yo cobro a final de mes y me puedo comprar lo que quiera, el sistema funciona”.

“Del mismo modo que hemos creído que la economía es la clave del bienestar de una sociedad, creíamos que el consumo era la clave del bienestar humano. Ahora sabemos que no es así. Y al desmontarse todo este sistema de creencias, todos los problemas que ya estaban ahí, pero que la sociedad prefería ignorar, ahora nos miran a la cara”.

“Ahora el sistema se desmonta y nos damos cuenta de que tenemos la oportunidad insólita, increíble y privilegiada de poder cambiar el mundo”.

“Pocas generaciones han podido sentir que sus decisiones pueden afectar el futuro, no solo de su comunidad local sino del conjunto de la Tierra

“La visión holística del mundo lleva por naturaleza a sistemas de gobiernos mucho más descentralizados. El poder está en las comunidades locales. Se trata de una sociedad en donde no hay estructuras jerárquicas, no hay personas que lideran al conjunto de la población, sino que cada uno es capaz de tomar mayor responsabilidad por lo que hace y consume, por su impacto en la comunidad local y en el conjunto de los ciclos de la tierra”.

“Todo esto comporta fomentar la participación ciudadana y la recuperación de maneras autosuficientes de vivir. Recuperar oficios que se estaban perdiendo, recuperar variedades agrícolas locales que se estaban abandonando. Hay que fortalecer estas comunidades locales y dejar que las estructuras más globales sean solo como un paraguas protector, no como una pirámide que acumula el poder en su cúspide. Sería un poder que emerge de abajo a arriba, no de arriba abajo”.

“La visión holística nos revela que todas las cosas están íntimamente relacionadas y todo depende de todo lo demás. Es una visión mucho más compatible con la idea de red. Cada acto, como una piedra que cae en un estaque, genera ondas que luego se van expandiendo. En esta crisis, las pirámides se derrumban y las redes se fortalecen. Todos sabemos que las estructuras piramidales ya no funcionan”.

“De esa percepción primordial del mundo, en la cual nos sentíamos instintivamente hermanos de las plantas, los animales y los astros… hemos pasado a una visión mecanicista en la que consideramos que lo único real es lo que se puede medir, lo que se puede cuantificar. Eso da lugar a un mundo que puede ser controlable y eficiente en muchos sentidos, pero donde todo lo que no es cuantificable, todo lo que tiene que ver con la creatividad, la imaginación, el arte, la espiritualidad, nuestras relaciones, el amor… todo ello se percibe como una cosa accesoria y poco importante. Si creemos que lo más propiamente humano es un añadido, creamos un mundo inhumano y hostil”.

“Dos premios Nobel de Física del siglo XX, Schrödinger y Wigner, independientemente llegaron a la conclusión de que ciertos experimentos de física contemporánea solo podían explicarse satisfactoriamente si pasamos a considerar que el fundamento de la realidad no es la materia y la energía, sino la conciencia y la percepción. Eso significa un giro de 180 grados en cómo vemos el mundo desde hace siglos. Y esto no lo dicen maestros espirituales, sino premios Nobel de Física”

“La física ha descubierto cosas que los propios físicos no son capaces de asimilar en su vida cotidiana. La visión del mundo que emerge de la física cuántica borra la visión de que existen entidades separadas

“Nuestra cultura todavía no ha sabido integrar lo que hace ya cien años comenzó a emerger de la física cuántica y más recientemente de la neurobiología”.

“Sí, la confianza es parte de este proceso. Si nos sentimos separados del mundo y separados los unos de los otros, la única manera efectiva de actuar es controlar y competir. Es una actitud basada en la desconfianza. Pero la palabra confianza puede tener la connotación de ingenuidad. Yo usaría la palabra participación, en el sentido de que nos sentimos parte de una red de ciclos, de una red inagotable de múltiples ciclos y de ese modo podemos sentirnos parte del conjunto del universo y parte del milagro continuo de renovación de la vida”.

“Pasar de esta actitud de control a una actitud de fluir es lo que te permite dejarte guiar por tu creatividad.

“La economía convencional sigue ignorando que depende de la naturaleza”.

Me ha costado seleccionar estos párrafos de entre tanta sabiduría, así que os aconsejo que leáis la entrevista completa.

Me cabe la satisfacción de comprobar que gran parte de los temas abordados han sido tratados en este blog, desde mi humilde percepción, pero que concuerdan por completo con esta filosofía: responsabilidad, confianza, creatividad y unidad como base del cambio positivo.
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Esta es la információn sobre el autor en El jardín del libro:
"Jordi Pigem (Barcelona, 1964), es doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona. De 1998 a 2003 fue profesor en el Masters in Holistic Science del Schumacher College y la Universidad de Plymouth (Inglaterra). Fue asistente de Raimon Panikkar en la publicación de sus obras en castellano, catalán e inglés (1995-1996). En los últimos años ha sido profesor invitado en la Universidad de Barcelona y ponente en diversas universidades, entre ellas las de Columbia, Oxford y Venecia. Autor de varias obras importantes. Coordina la edición catalana de la Opera Omnia Raimon Panikkar. Autor también de más de doscientos artículos (algunos de los cuales han sido publicados en alemán, italiano y japonés). Premio de Filosofía del Institut d’Estudis Catalans (1998) y Premio de Ensayo de Resurgence y la Scientific and Medical Network (2006). Colabora habitualmente, entre otros medios, en COMRàdio, Resurgence (revista decana de la ecología en inglés), Agenda Viva y en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia".

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jueves, 10 de diciembre de 2009

Responsabilidad individual

Al hilo de mis últimas entradas en las que he tratado de expresar cómo hemos de asumir nuestra responsabilidad individual en el resultado global, añado este extraordinario vídeo en el que E. Tolle nos explica brillantemente el modo en el que nuestro estado de consciencia determina la realidad que vivimos y transmitimos (vivimos un momento de lo que se ha dado en llamar "salto cuántico"). En el vídeo se refiere también, de un modo claro -directo a la Fuente, como él suele decir- al efecto de la inconsciencia, el sufrimiento, y la importancia de transformarlo. Escuchadlo, por favor:

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Liberados de las apariencias



Cuanto más se afianza en mí la filosofía del poder de la bondad, la transparencia y la colaboración limpia, con mayor facilidad llego al núcleo de las personas, hasta el punto de verme, por ejemplo, en una reunión de trabajo imaginándome cómo serían de pequeños los convocados y llegando a sentir su ser esencial por debajo del corsé. Me pierdo en ese mundo no contaminado de seres diminutos en su forma, pero grandes y libres en lo profundo (con los años, el mal ejemplo y las elecciones erradas, a veces transformados en enemigos de sí mismos).

(Un fragmento de algo que estoy escribiendo)

domingo, 6 de diciembre de 2009

Hasta el fondo



Esta mañana he estrenado unas zapatillas de estar en casa. Me las he comprado confortables y bonitas. Dudaba si tirar otras con las que se me torcía un pie, y finalmente lo he hecho. ¿Para qué voy a conservarlas si me hacen mal? Así que, con mucho cuidadito, las he depositado en el cubo de basura y las he dicho: “Ahí os quedáis, guapas”.
Esta acción que nos parece tan sencilla en el plano físico, nos resulta muy difícil - tanto que para muchos imposible- en el plano psicológico. Arrastramos, años y años, creencias que nos llevan a comportamientos y, a su vez, a sufrimiento, tan sólo porque no nos proponemos tirar lo que no sirve en nuestra mente y renovarlo con lo que nos hará sentir bien.
Me detengo a observar las actitudes y las acciones de las personas cuando conozco su procedencia, quiénes han sido sus antepasados y los que aún viven del árbol familiar. Aprecio calcos en la forma de hablar, en las reacciones ante determinados problemas y en el tipo de relaciones que se establecen entre ellos. Veo que perpetuamos los mismos errores de quienes nos han “enseñado” y que, como nadie está siempre en lo cierto, arrastramos toda una herencia psicológica, en parte dañina, quizá durante siglos. Lo más curioso es que quienes conviven con más conflictos se atan más a ellos, como si esa fuera su identidad, de modo que si se liberaran de ellos, sólo les quedaría la debilidad y el vacío. Ellos son porque tienen problemas. De lo contrario, no serían.
Me gustaría saber qué es lo que hace que unas personas decidan borrar la tinta negra de su vida, las líneas torcidas, las faltas de ortografía de una historia familiar, y por qué a otras les cuesta tanto hacerlo y prefieren seguir repitiendo patrones que sólo les llevan a laberintos de comunicación, batallas y, en muchos casos, a una mala salud física y psíquica.
Algún motivo habrá para querer dar el salto, salir del bucle, vivir tu vida y no la que te dicen que vivas. Lo cierto es que cuando lo haces no sólo limas lo que te sobra, sino que también, como consecuencia de profundizar en ti y en tus raíces, encuentras tesoros que nunca pensante obtener.

No voy a contar lo que he renovado en mí ni lo que sé que me queda por transformar (ese es un trabajo muy personal y el juicio directo, aunque en un momento determinado necesitas hacerlo, luego ya no es productivo). Pero sí diré que desde que decidí bucear en aguas profundas descubrí que, entre lo que debía trabajar, encontré aspectos heredados muy positivos, antes desconocidos o que daba por hecho que me pertenecían sólo a mí. Quizás fueron los que me impulsaron a trabajar las sombras que los oscurecían.


viernes, 4 de diciembre de 2009

"Volvemos al primer punto"



Abro el buzón, encuentro el número 128 de Psicología Práctica y echo un vistazo al editorial. Pepa Castro escribe:
“El psicólogo Antoni Bolinches ha escrito el interesante libro Recetas para cambiar el mundo. Propone una revolución social a través de la Psicología”.
Sí, me parece extremadamente interesante, porque hace tiempo que pienso que la transformación del mundo debe ser ascendente y no sólo comandada. Tal y como lo he dicho por aquí, de muy diversas maneras, uno debe preocuparse por modificar lo que le impide evolucionar y, en la medida en que lo haga, llegará a encontrar su espacio. Así, del mismo modo que con muchos pequeños pasos se recorren largos caminos, la suma de muchas personas satisfechas consigo mismas y con la función que desempeñan en esta vida podrá llegar a consolidar un mundo renovado y limpio.
Me siento en el sofá y busco ese artículo dedicado al libro que ha llamado mi atención. Me basta leelo para saber que comparto lo que dice (no así tantas personas que critican duramente a la sociedad, sintiéndose ajenas a su propia responsabilidad en el caos). Estoy de acuerdo por completo con el criterio de su autor: pretende facilitar el cambio social a través de la actitud personal, partiendo del cuestionamiento de los valores. Cuando se le pregunta por la política, responde:
“Sólo hay dos maneras: o que los políticos se conviertan en buenas personas, o que las buenas personas se dediquen a la política. Pero, para eso, en cualquier caso, hay que hacer una revisión de los valores imperantes en la sociedad, así, volvemos al primer punto, el de la revolución psicológica o revolución interior de cada uno”.

El libro:
Antoni Bolinches
Recetas para mejorar el mundo
Editorial Debolsillo (244 págs.)


miércoles, 2 de diciembre de 2009

Gotas de lucidez



Me llega, del boletín de proverbia.net, una cita de Émile Chartier (1868-1951), filósofo y ensayista francés, que firmaba con el seudónimo “Alain". Esta es la cita en cuestión:
“Se dice que las nuevas generaciones serán difíciles de gobernar. Así lo espero”.
Me gusta, busco otras citas suyas y encuentro algunas que no tienen desperdicio. Las comparto con vosotros:
El hombre que tiene miedo sin peligro inventa el peligro para justificar su miedo”.

“El aburrimiento es lo que queda de los pensamientos cuando las pasiones son eliminadas de ellos”.

“Nada tarda tanto como aquello que no se empieza”.

“Nada hay más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una”.