jueves, 13 de mayo de 2010

De la euforia a la serenidad


No soy muy conocida, ni famosa, ni me empeño en serlo, pero hay algo que pienso últimamente con frecuencia. Analizo mi proceso en los últimos años. Hace cuatro años no se me hubiera pasado por la cabeza tener dos libros publicados, unos lectores asiduos en este blog, la posibilidad de escribir en revistas de tirada nacional, que me hayan hecho entrevistas de radio, que haya aparecido en la prensa y que, aunque no en demasía, en la ciudad en la que trabajo hay personas que me miran con cara de conocerme y me sonríen, aunque yo no me dirijo a ellos, por si son imaginaciones mías, que todo puede ser. La editorial ha hecho una excelente campaña en la prensa local, así que tal vez me reconozcan por la foto del libro o del blog, pienso. Si es así, puedo afirmar que me conocen a fondo, al menos mi mejor parte, más que nada por el tema que he elegido para expresarme :-). Los que tratan conmigo a diario también conocen mis sombras :-).

Todo eso que acabo de escribir (que tampoco es para tirar bengalas), seis o siete años atrás, me tendría alterada, gratamente sorprendida y hasta engreída, pero, por eso mismo, no podía pasarme.

Hoy día, me siento agradecida, pero también serena, entendiendo que es la consecuencia de haberme esforzado en desarrollar una capacidad que intuía, pero que no me había atrevido a explotar por pensar que siempre habría personas que me superarían.
Y sí, claro que las hay, claro que hay mucha gente superior a mí en esta pasión de interpretar la vida con la palabra, pero he descubierto algo que está por encima de las comparaciones y es que, cuando encuentras algo que te absorbe y te entusiasma, le pones amor y tratas de mejorarte en ello, día a día, no hay nada que te haga sentir mejor.
Y aún hay algo más, que esa conexión contigo y con tus deseos te lleva a conectarte también de un modo más limpio, sin egoísmo, con los demás. Nadie está obligado a llenar tu vacío, porque ya te encargas tú de ir reponiéndolo con las mariposas de ilusión que recorren tu Ser.