lunes, 13 de septiembre de 2010

El pájaro y la flor



En silencio, observas una flor,
escuchas el canto de un pájaro,
y todo se consagra.
La conciencia es la flor y es el pájaro.

Y el pájaro es tu voz y la flor tu aroma.
Todo está en todo y cada cosa en su esencia;
la individualidad de ser lo mismo.

Intensidad del momento, infinito instante,
que ya no es etéreo, sino forma poética.
Es la sabiduría ávida de ser descubierta
en el color y el aroma, en el sonido y la calma.