lunes, 25 de octubre de 2010

Afirmo y me reafirmo


El primer libro que leí de autoayuda (sí, de autoayuda, y a mucha honra :-) fue Usted puede sanar su vida, de Louis Hay. Tengo en gran consideración a esta autora, que, Después de sanar de un cáncer gracias a un proceso de autocuración basado en el poder del pensamiento creativo (algo parecido a lo que cuenta Joe Dispenza sobre la remisión espontánea de su enfermedad en su obra Desarrola tu cerebro), comenzó a divulgar su filosofía de vida compuesta por pensamientos sencillos y técnicas simples, rápidas y efectivas. Hoy es una de las más autorizadas representantes en el ámbito de la psicosomática de la escena internacional” (Reseña biográfica en “El jardín del libro”).

Hace unos días, Laura Foletto, otra de las personas especiales con las que me he cruzado en el camino, dejaba en su blog esta declaración de amor hacia uno mismo de la propia Louis Hay, directo a la Fuente:

“Lo primero que hago en la mañana es un poco de “Trabajo de espejo”. Me miro a los ojos en el espejo y digo: “Tú eres maravillosa, y yo te amo. ¿Qué puedo hacer hoy para hacerte feliz?”. Este simple trabajo de espejo ha hecho tantas maravillas para mí. Hubo un tiempo en que difícilmente yo podía mirarme a los ojos. Ahora me encanta hacerlo. Por favor, únete a mí en este ejercicio de cambio de vida. Incluso si te sientes tonto, continúa haciéndolo. Por la noche, di, “Yo te amo. Ahora duerme bien, y te veré en la mañana”.

También medito cada mañana, es decir, me siento en silencio y me doy tiempo para conectarme con la sabiduría interior que está dentro de todos nosotros. Expreso gratitud por todo lo bueno que tengo en mi vida. Yo afirmo que yo merezco tener un día grandioso y que estoy abierta y receptiva sólo a las buenas experiencias. Declaro que mi salud es excelente, y envío amor a cada parte de mi vida.Si un problema viene durante el día, paro y me digo: “Todo está bien. Todo está funcionando para mi bien más elevado y solo lo bueno vendrá a mí.” Esta declaración me guarda de pensar cosas negativas.

Antes de ir a dormir, expreso gratitud por todo lo que sucedió ese día, incluyendo cualquier lección o desafío. Bendigo mi cuerpo con amor, y agradezco por estar conmigo para otro día. Después bendigo todas mis experiencias con amor y me duermo pacíficamente”.
(Louise Hay)

Aunque este fragmento creo que no corresponde al libro señalado, sí lo es este otro, en el que Louise resalta la importancia de las afirmaciones frente al espejo:
“Los trabajos con el espejo son muy poderosos. La mayor parte de los mensajes negativos que recibimos de niños venían de personas que nos miraban directamente a los ojos, y que quizá nos amenazaban con un dedo. Hoy, cada vez que nos miramos al espejo, casi todos nos decimos algo negativo: nos criticamos por nuestra apariencia o nos regañamos por algo. Mirarse directamente a los ojos y expresar algo positivo sobre uno mismo es, en mi opinión, la manera más rápida de obtener resultados con las afirmaciones”.