lunes, 1 de noviembre de 2010

Ligera de equipaje


No hay nada en mis armarios que no use.
Poco en mi escritorio con lo que no esté.
No guardo cartas escritas ni recibidas.
Nunca hablo de lo que sufrí.
Me recreo sin apego en lo que gocé.
Atesoro mis experiencias, más no vivo de recuerdos.
Y late en mí la vida en esta última palabra.