martes, 21 de diciembre de 2010

Deseos para el 2011


Al finalizar cada año escribo una carta con mis deseos para el siguiente. La guardo celosamente en una cajita y no la abro hasta que la sustituyo por otra. Suelen cumplirse mis expectativas, porque escribo sobre lo que voy a proyectarme. Es, sobre todo, un compromiso conmigo, porque soy consciente de la importancia de hacernos responsables de nuestra vida y del poder que tenemos.

He revisado las anteriores cartas y en ellas pedía deseos muy personales, grandes y pequeños retos para los que precisaba desarrollar determinados recursos desde mi trabajo interior. En los últimos años, esos deseos estaban relacionados con mis relaciones, mi mundo creativo, etc., aunque siempre con un fin más amplio, el de compartir.

Pero este año voy a darlos un enfoque más universal. Para el año que comienza en unos días, deseo:

Amar incondicionalmente.

Que en los lugares por donde todos circulamos haya un tráfico fluido de Amor.

Y que disfrutemos al máximo de esta Vida, porque se nos ha dado para eso.

Ahora pondré la carta de mis deseos junto al corazón, luego entre mis manos y, cuando la guarde en el cofre, alzaré la mirada al infinito con la seguridad de que mis intenciones quedarán recogidas en algún lugar y, aunque sea sólo un poco, surtirán efecto.

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Nota: Mi ordenador ha hecho “plof”. Espero que no sea para mucho tiempo. Sed felices.