jueves, 17 de marzo de 2011

El espacio de las variantes


Acabo de leer el libro El espacio de las variantes, de Vadim Zeland (Ediciones Obelisco). Describe la teoría del Transurfing, o "cómo deslizarse sin esfuerzo entre las olas de lo cotidiano". No es más de lo mismo o, al menos, está escrito de otra forma: propone no gastar o desviar la energía, conceder poca importancia a los acontecimientos y ser más espectador que actor.

Su autor, Vadim Zeland , arrasa con las ventas de sus obras, pero es reacio a lo mundano. Según se puede leer en los datos sobre el autor "su descubrimiento está en sus libros, lo demás no importa".

He seleccionado algunas de las frases que más me han llamado la atención. Sólo algunas, porque habría mucho que reseñar en esta obra, que propone una perspectiva más distante, relajada y objetiva sobre la vida:

"Si te permites ser tu mismo, la necesidad de justificarte pierde vigencia, y el miedo al castigo se esfumará. Es entonces cuando pasará algo asombroso: nadie se atreverá a ofenderte".

"La llave de la dignidad está en la ausencia de cualquier sentimiento de culpa".

"Gota a gota, exprimo de mí al esclavo" (Chejov): frase que destaca el propósito de liberarse de la culpa.

"El amor absoluto es la admiración sin derecho de posesión ni adoración".

"El mundo se torna peor cuanto peor piensas de él. Nadie de niño se detenía a pensar si el mundo era bueno o malo, lo aceptaba".

"El humor es la renuncia misma, la caricatura de la importancia".

"Ante un conflicto, si, en el momento en que la espiral empieza a enrollarse, respondes pacíficamente al primer ataque del péndulo o te apartas, el péndulo quedará hundido o extingido"

Me ha dejado muy buen sabor de boca. Leeré también el tomo II: El susurro de las estrellas de madrugada, que acaba de salir, y que define así en el primer libro:

"La voz sin palabras, reflexión sin pensamientos, sonidos sin volumen. La mente se distrae y percibe los sentimientos y conocimientos del alma".